Un hombre que estaba hablando con una mujer es atropellado por un carruaje, que no se detiene tras el accidente. Un policía logra detener al conductor, mientras la víctima yace en el suelo... ¿muerto?
Otra muestra más de los primeros efectos especiales en el séptimo arte, con los que los directores de la época de seguro no paraban de dejar boquiabiertos a los ingenuos espectadores.
De los primeros en el subgénero del humor negro, aunque risa, lo que se dice risa, produce poca y más pareciera un arcaico anuncio de la DGT.
Spoiler:
La culpa es del de sombrero de copa, que va a cruzar sin mirar. De todas maneras eso de la omisión del socorro está muy pero que muy mal.
Nota: 5,8/10
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